Categories
Uncategorized

A millón

Aquí, tratando de concentrarme y centrar mis pensamientos en una sola cosa. ¡Sorpresa! No puedo, ¿qué le vamos a hacer? Por más que le digo a mi cerebro que pare, no para. Le pido que me de un chispito de espacio, no quiero pensar en tanto. Y entramos en la batalla, entre lo que quiero y lo que es mejor para mi. 

¿Yo? Yo no quiero pensar tanto ¿Lo mejor para mí? Darles la bienvenida a mis millones de pensamientos. Decirles que se pongan cómodos, que yo me voy a poner cómoda para ellos. Veamos qué me están diciendo, todos con un color y un ruido diferente, aquí todos juntos. 

Les dije que se pusieran cómodos, pero no por mucho. Quiero conocerlos y que me conozcan. Ahora que nos familiarizamos un poco y somos conocidos, qué les parece si vamos reconociendo cuál es el lugar de cada uno. Tranquilos, no los voy a dejar ahí adentro por mucho. Mientras tanto, sean libres, déjenme saber qué es lo que está pasando que poco a poco los voy a ir liberando. Los siento para que puedan ser libres, me hicieron creer que no podía dejarlos ir y miren si pude. Dejándolos ser para yo poder ser. No les digo adiós, les digo hasta pronto. 

“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2Tim1:7

Les dejo un poquito de música con una de las canciones que me acompañó escribiendo. Escuchen, escúchense y re-iniciemos juntos.

Leave a comment